viernes, 20 de octubre de 2017

DIÁLOGO INVEROSÍMIL

Publicado en AbortoNo:

... Se trata de un diálogo irreal entre dos criaturitas que aún están desarrollándose en el seno materno. El bebito 1º acaba de ser concebido; el bebito 2º ya le falta poco para nacer. Siendo imposible este diálogo, absurdo si se quiere, es lo suficiente expresivo como para explicar y denunciar lo que ocurre con este genocidio del aborto provocado. Sus impresiones se traducen así:
dos fotos de un bebe, una normal y la otra en negativo

Bebito 1º: - "Mis papás vertieron la semilla en lugar apto para que germinase; fue como una expansión lógica de su amor, queriendo afianzarlo con el fruto que naciese. He tenido la suerte de ser yo ese fruto, mejor dicho, ser el hijo que ellos soñaron. Ya he sido concebido. Creceré y he de madurar; pronto tendré forma humana, aunque en estos primeros días carezca de ella y solamente sea vida sin forma, pero vida al fin y al cabo. He sentido, desde que comencé mi desarrollo, como un soplo divino que reforzaba mi ser y me levantaba sobre el mundo y supe que era el alma que Dios me infundió. Doble vida: en el cuerpo y en el espíritu, pero no desde tal o cual semana de mi evolución corpórea, y sí absolutamente simultánea a mi concepción.
Mamá aún ignora que me lleva en sus entrañas; solamente lo sospecha: ¡soy tan pequeñito…!
Supongo y pienso lógicamente, la alegría que ha de tener al saber que va a ser madre, ¡precisamente mi madre! Y papá, junto a ella, ha de prodigarme sus cuidados para que yo viva y sea la alegría de mi casa. ¡Qué felicidad siento, qué alegría la mía con esas esperanzas para cuando salga al mundo…!"


Bebito 2º: - "¡Cuánto me alegro de tus ilusiones! Yo estoy más grandecito que tú, mi pequeño amigo. Ya me acerco a esa meta que tanto tú como yo deseamos alcanzar con el nacimiento. Sé que mis papás me esperan con ansia, que me quieren tener en sus brazos, que al quedar sobre el regazo de mi madre me va a mirar con cariño indescriptible y al abrazarme me besará y me apretará junto a su cuerpo. Que más adelante verá mis sonrisas y mis juegos con cualquier fruslería. Todo eso lo presiento. Por lo demás, ya pasé, mi amiguito, de ese periodo de los dos o tres meses y pico de vida en mi nido, en el que todavía hay gentes que creen que sólo éramos una simple carnosidad, aún teniendo vida ... ; y por eso hasta en algunos países nos desalojan del nido que nos preparó Dios en el cuerpo de nuestras madres. Yo estoy mucho más crecidito que tú; pronto saldré de este encierro y conoceré a papá, a mamá, y a toda la familia que impaciente me espera. Ya sé que mamá está preparada para ir a un sanatorio o maternidad donde los médicos buenos ayudarán a que yo nazca y sé, por tanto, que me prestarán toda clase de cuidados para conservar mi vida. Espero, pues, nacer y criarme en el lindo ambiente de mi casa y que mis papás me eduquen y poder llegar algún día a ser útil a la familia y a la Patria. ¡Qué programa de vida tan interesante, tan diverso y bello se me va a ofrecer!


Bebito 1º: - "Ya estoy en mi tercer mes. Pero no me hago muchas ilusiones de poder conocerte. Tengo mucha envidia de ti, bebito 2º, pues sé que vas a nacer muy pronto y que te van a querer. Pero estoy muy triste al pensar que quizá no me dejen llegar donde tú llegaste, es decir, al nacimiento normal. He sabido que en mi país no me desean, pues si naciese dicen que sería una dificultad por estropear eso que llaman nivel de planificación del número de habitantes. ¡Dichoso tú, mi buen amiguito, que en el lugar de tu nacimiento no te van a estimar como un estorbo! Te confieso que estoy intranquilo por lo que me he enterado, que hay por el mundo en que los gobiernos ya autorizan que nos maten… Incluso sé los proyectos terribles de mis propios padres. ¿Llegaré a los cuatro meses en esta gestación o se marchitará intencionadamente mi pequeña vida? Temo que me lleven al patíbulo de los “abortariums” oficiales. ¡Con el entusiasmo que yo tenía por nacer! Ayer mismo tuve noticia de que otros bebitos de mi edad y hasta mayorcitos, los sacaron del vientre de sus madres y los echaron al cubo del quirófano de esas clínicas a las que nos llevan como ovejas al matadero: ¡Qué horror! Mi mamá se olvida al parecer, de que yo soy su hijo; dice que le estorbo, que ahora que soy tan pequeño que apenas tengo forma humana, puede legalmente eliminarme… Comprenderás, amiguito, que con estos augurios me queda poca esperanza de vivir; ¡ Dios mío por qué no inspiráis a mamá y a papá para que me cuiden; por qué he de pagar con mi vida, hechos y circunstancias de las que no soy culpable ! Sigo, pese a todo, con vida cada vez más pujante en su desarrollo. A ver si mamá cuando ya me sienta mover, se compadece de mí y me deja nacer: ¡ la quiero tanto…!"


Bebito 2º: - "Hoy he nacido. Me cogieron por los pies, cabeza abajo, me dieron unos azotitos y lloré. Mi llanto hizo que mamá se sonriese olvidando al momento sus recientes dolores. Me cortaron el cordón y ya quedé independiente de ella en cuanto al cuerpo, ... . He pesado tres kilos y medio; me bañaron y luego me vistieron con esas ropitas que con tanto cariño me estuvo haciendo mamá; ya estaban preparadas y calentitas Había de dos colores, azul y rosa: me correspondía el primero. Mamá me levantó en sus brazos y acercó los labios a mi cara para darme un beso, el primero que sentí. Quedé luego tranquilo en la cunita con los ojos cerrados, pero antes ví también a papá que igualmente me besó y acudió acto seguido, con los ojos empañados por ser ya padre, a dar otro beso a mamá como agradecimiento por haberme traído al mundo. Ya sé, papá, que yo he de obligarte a trabajar más para poder sustentar mi vida y luego darme educación e inculcarme la fe; pero tú sabes que soy un regalo que Dios os ha concedido.
Ya veo el mundo. Ya me he dado cuenta de ese torbellino en que el egoísmo está perfectamente planificado en múltiples aspectos. Conozco ya más de cerca las noticias sobre el incierto futuro de los que aún no nacieron y están en esa carrera. Me acuerdo mucho de mi bebito 1º y estoy muy intranquilo por su vida. Todas sus impresiones, conforme me las dijo, tenían justificado pesimismo. Hoy cuando ya he nacido, veo que los pronósticos, aunque parezcan inconcebibles, tienen palpable realidad en estos tiempos. No son ya solamente los padres quienes, tras sus íntimos placeres, quieren evitar lo que califican como carga de sus hijos; son los mismos gobernantes quienes no quieren más nacimientos y autorizan el sacrificio de las incipientes vidas de ellos, conforme a reglamentos inhumanos y caprichosos. ¡Qué razón tienes, mi querido amiguito, para estar intranquilo!"


Bebito 1º: - "La paz, la tranquilidad de mi ser ya está alterada. Me encuentro como procesado en mi celda, por el delito de querer nacer. Me han llevado con mamá, a una clínica fatal. Como había muchas futuras madres haciendo cola para la consulta o intervención, no nos llegó el turno. Mi causa quedó aún pendiente de sentencia para otro día. Allí supe muchas cosas que me han quitado toda esperanza. En esa misma mañana, el verdugo usaba como arma mortífera, una larga jeringa para inyectar en la bolsa amniótica en que viven los niños como yo, agua salada. Ya es sabido que a las pocas horas eso bebitos se sienten intranquilos por tragar ese líquido salino, que a las pocas horas les entran convulsiones y que por fin, al siguiente día sobreviene el aborto del bebito muerto, con la piel roja como quemada. También he sabido, que en otros días ya prefijados en cada semana, el patíbulo aquel va haciendo que los cubos se llenen de bebitos que aún tenían vida. He tenido noticia de que uno de ellos, de unas veintidós semanas de desarrollo, fue sacado del cubo con vida por una enfermera que le prodigó especiales cuidados y logró vivir luego como cualquier otro niño nacido de modo natural. Otro día vi en ese cubo fatídico restos despedazados de cuerpecitos tan pequeños como el mío, sacados de la madre mediante un potente aspirador, siguiendo el raspado de la matriz; allí, recuerdo con espanto que vi piernas sueltas, manitas, pies y diversas partes del cuerpo arrancado, mezcladas a la placenta…
He sido observador de minúsculos detalles que ví o escuché. He visto en algunas ciudades tal desprecio y aún mofa por nosotros los bebitos, que se ha dado el caso de arrojar uno de ellos, entre almohadillas, botellas y otros objetos en un campo de deportes, tras una decisión del árbitro contra la que, en esa forma, protestó el público. Y por si fuese poco, también conozco que esos bebitos procedentes de abortos provocados, han sido objeto de venta a unos famosos laboratorios de especialidades farmacéuticas, para preparar vacunas contra la poliomielitis o para experimentaciones de los dentistas. Creo que con esta decisión macabra están de enhorabuena los monos, pues ya no se les sacrifica para esos experimentos, pues se encuentran con facilidad los fetos humanos que se logran en abundancia, para esos experimentos.
Después de esas visiones que me espantaron, incluso conociendo que ya se abre a diario el vientre de la madre para “desembarazarla”; sabiendo que igualmente en muchos Estados de la Unión y de otro países, como Inglaterra o Rusia (téngase en cuenta que estamos hablando de 1973 y transcribimos esto en el 2017), se nos quita la vida en forma legal en esas clínicas mortíferas ¡¡que no sanatorios!! Y que los médicos — ciertos médicos, claro está, — se especializan como abortadores comparables a verdugos… ¿qué esperanza podrá quedarme, Dios mío, cuando mi madre ya sabe el camino de aquel patíbulo y quiere llevarme al sacrificio…?
Han pasado ya más de los tres meses de iniciada mi formación. Yo, el minúsculo bebito quiero referir hasta el fin mis últimas impresiones para que el mundo recuerde mi congoja. Ya acabé todas mis esperanzas. Desde el ser de mi casi no ser, solamente me atrevo a pedir a Dios por mis padres que están ciegos en sentimientos. Si yo ya estoy en esa rampa criminal que me va a arrancar la vida, quiero confirmar mi firme protesta a quienes me concibieron, para que si más adelante apareciese la vida de otro hermanito mío, la cuiden y pueda llegar al mundo. ¡Y que Dios perdone a papá y a mamá, a quienes no me fue consentido conocer, el crimen que cometieron en mí !
Ya estoy viviendo el último día, las últimas horas de mi vida en el nido de las entrañas de mi madre. Aquella esperanza de mis primeros días, fue como un soplo que me hizo concebir ansias lógicas de nacer. Me encuentro sólo, indefenso. Si quienes más debieron cuidarme como eran mis padres, no lo hicieron, quedaba, acaso, algún alma caritativa, alguna corporación en último recurso, para salvar mi vida y la de otros muchos bebitos que la humanidad está en el deber de hacerlo. A ese sano juicio va mi último llamamiento. Que en lo sucesivo cuiden y defiendan al ser que debe nacer. Mi vida toca a su fin de forma cruenta. A hora fija ha citado el médico a mamá en la clínica…
El momento llegó. Por deseo de mi madre, con su expresa autorización, con el decorado legal de tres médicos que aprobaron mi sentencia, ésta ha sido ejecutada. Ya no soy de nadie: ¡ me mataron…!"


Nota: La cruda realidad la dejó reflejada este bebito al que no dejaron nacer. El aborto provocado se ha generalizado en casi todo el mundo y no digamos en España. Este genocidio, admitido por la sociedad acarreará funestas consecuencias. Luchemos con todas nuestras fuerzas, si no para acabar, al menos para menguar esta lacra.