Por su interés para todo aquél que necesite información sobre cómo ejercer su derecho a la objeción de conciencia sanitaria, reproducimos aquí un creemos que clarificador artículo de Juan Manuel Molina Valdés:
Querido doctor, Querido enfermero, Querido auxiliar, Querido administrativo:
Querida doctora, Querida enfermera, Querida auxiliar, Querida administrativa:
Hoy has vomitado y tienes ganas de llorar. Te han presionado y has cedido. Has tramitado una orden llamada, para que suene bien, IVE; pero como tú sabes bien que es una pena de muerte, te has puesto a vomitar, llorar y sentirte muy mal.
Tu mejor colega te lo ha notado: “eso pasa las primeras veces, luego ni caes en ello”. Sí sobre todo cuando ves que ese hecho administrativo redunda en tu plus de “productividad”.
Ante la Ley del aborto, el médico
¿debe quedarse de brazos cruzados?