¿Qué diremos de este
hombre que no hayamos comentado? Fue el gran enamorado y defensor de España. Una
cosa es cierta, sin ninguna duda; el amor profundo de Blas Piñar a España, su
patriotismo sin un minuto de flaqueza, su enamoramiento de la Patria, su
incondicional entrega al servicio, no de su propia causa, sino del pueblo español.
Como alguien ha dicho con acierto, recientemente, fue el último patriota.
Trató de continuar y perfeccionar
la obra de Franco, uniendo lo nacional
con lo social, bajo la perspectiva de un hombre trascendente. Los que juraron lealtades al Caudillo, que a la
muerte de éste, se unieron a los enemigos seculares de España, no se lo permitieron. De ahí aquellas tremendas
campañas de calumnias y difamación que tuvo que soportar.
Hoy, cuando vemos con
preocupación la deriva secesionista en Cataluña y Vascongadas, nos acordamos que
fue Blas Piñar el único parlamentario que se opuso a los estatutos de autonomía
de estas entrañables regiones de España, previendo lo que iba a suceder. Fue
profeta; de calamidades, pero profeta. ¡Cómo lo echamos de menos!
AES la Rioja.