viernes, 3 de junio de 2016

LA DEVOCIÓN AL CORAZÓN DE JESÚS Y LA TONTUNA DE LOS CATÓLICOS.

   El mes de junio, ha sido el mes dedicado a honrar al Sagrado Corazón de Jesús. Este año, su festividad, 3 de junio, coincide con el primer viernes de mes, dedicado a su devoción, como veremos en sus promesas. La fiesta del Corazón de Jesús, es variable y no coincide siempre el mismo día. Varía, en consonancia con el calendario litúrgico, pero siempre en el mes de junio.

Monumentos al Sagrado Corazón en La Rioja: Cervera, Ortigosa, Arnedillo, Alesanco, Torrecilla

   El Señor se aparece a Santa Margarita-María Alacoque y le encarga que propague esta suavísima devoción. En España, su principal promotor fue el R.P. Hoyos, un joven sacerdote jesuita, que tanto se enamora del Sagrado Corazón de Jesús y tanto trabaja por implantar su devoción en España, que el mismo Señor llega a decirle: ”Reinaré en España con más predilección que en otras partes”.

PROMESAS  DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. 

  1. Daré a mis devotos las gracias necesarias a su estado.

  2. Pondré paz en sus familias.

  3. Los consolaré en sus aflicciones.

  4. Seré su amparo y refugio seguro durante la vida particularmente en la hora de su muerte.

  5. Bendeciré abundantemente sus empresas.

  6. Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente inagotable de la misericordia.

  7. Las almas tibias se harán fervorosas.

  8. Las almas fervorosas se elevarán con gran rapidez a la gran perfección.

  9. Daré a los Sacerdotes la gracia de mover los corazones más endurecidos.

  10. Bendeciré las casas en que la imagen de mi Corazón sea expuesta y honrada.

  11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón y jamás será borrado de Él.

  12. Yo prometo en la excesiva misericordia de mi Corazón, que mi amor todopoderoso concederá a todos los que comulguen los nueve primeros viernes consecutivos la gracia de la perseverancia final: no morirán en mi desgracia ni sin recibir los Sacramentos, haciéndose mi Corazón su asilo seguro en aquella última hora.

   De ahí, la tontuna de los católicos. Nos dan todas las gracias espirituales e incluso materiales y no hacemos caso. Así nos luce el pelo.