“Yo, Antonio Tejero Molina,
español de 85 años de edad, teniente coronel de la Guardia Civil,
expulsado del Ejército por los sucesos de 23 de febrero de 1981, con
Documento Nacional de Identidad nº 01XXXXD, y como más antiguo de todos
los participantes vivos que tomaron parte en aquella acción, exijo, que
por la Justicia española se lleve a cabo un Juicio Comparativo entre lo
ocurrido en la fecha del Golpe de Estado, llamado 23-F, y lo que está
ocurriendo actualmente en los prolegómenos de la que quiere ser la
destrucción de España, llevado a cabo por el Gobierno de la Generalidad
de Cataluña, y teniendo en cuenta los siguientes términos:
1.
Que el 23-F pretendía conseguir un cambio de Gobierno que garantizara
la unidad de la Patria, dañada por la Constitución y los Estatutos de
Autonomías que el presidente Suárez otorgó a Cataluña y
Vascongadas; sin embargo, el Golpe de Estado que se está preparando en
Cataluña quiere conseguir la ruptura de la región catalana del resto de
la Patria.
2.
Que es cierto que cometimos un gran delito, que fue castigado con penas
gravísimas, ya que tres de los participantes lo fuimos con 30 años de
Reclusión Mayor y expulsión del Ejército; en cambio, los sediciosos
catalanes están incumpliendo leyes y más leyes desde hace tiempo con
total impunidad, con el agravante de jactarse de ello y de ir, cada vez,
más adelante en la comisión de sus delitos independentistas.
3.
Que la persecución del delito del 23-F fue inmediata y contundente y
que, si bien, en una primera sentencia se condenaba a un máximo de 12
años y un día, al Gobierno le pareció escaso, y según nos comunicaron
dos vocales del Consejo de Guerra, uno de ellos el general de división
D. José Contreras Franco, que el Gobierno había ordenado subir la
pena hasta los 30 años de Reclusión Mayor y que ellos, no habiendo
estado de acuerdo con la medida, hicieron Notas separadas disintiendo.
Sin embargo, estamos viendo como el Gobierno del Sr. Rajoy es
totalmente estático ante los hechos independentistas catalanes, mucho
más graves que los nuestros y continúa, en estas fechas, intentando
diálogos infructuosos y tomando pequeñas medidas, como la persecución de
las papeletas del Referéndum, empleando para ello al dignísimo Cuerpo
de la Guardia Civil. Es por lo que también se pide que se juzgue la
actitud de delación de poder, con perjuicio para la unidad de España,
del Gobierno de la Nación que, por ningún momento, ha cumplido con su
deber de acabar, desde sus inicios, con estos delitos tan patentes, tan
públicos y tan graves. 4. Sé que el Rey no es responsable de sus actos,
pero creo que dentro de esta cualidad,debió de haber tomado alguna
resolución de que se ejercieran medidas mas coercitivas.
Por
todo ello, y antes de que llegue el fatídico día del primero de
octubre, y como integrante de lo que más que un Golpe de Estado fue el
Contragolpe que se dio al preparado en la persona del general Armada, y patrocinado por el Rey Juan Carlos I y
los partidos políticos, sobretodo el socialista y comunista, que ya se
habían repartido todos los Ministerios. Todo esto, se encuentra en los
Papeles del 23-F que aún no han sido descalificados, ya que al cumplir
los 25 años, se subió el plazo otros 25 años más. Hasta última hora,
hemos estado esperando una reacción del Gobierno tan contundente como la
que se empleó con nosotros el 23-F pero ni se ha producido ni creo que
se vaya a producir; sigue el “pasteleo” que no lleva a ninguna parte,
bueno lleva a que cada vez se envalentonen más Puigdemont y su comparsa, en vez de estar desde hace tiempo en prisión como les corresponde.
Esta
declaración me gustaría que saliera en la Prensa antes de su envío a la
Justicia ya que al llegar a ésta quizá la remitan al Tribunal
Constitucional que es el paño de lágrimas de los políticos cobardes e
incompetentes y el retrete del Gobierno catalán.
De
los militares no quiero hablar por el respeto que me merecen esta
Institución, sus héroes y sus mártires que han dado todo antes en la
defensa y en la creación de la unidad de España, aunque pienso que
podrían hablar un poco los que aún están en activo porque entres otras
cosas os conviene ya que un general en una España rota y disminuida no
vale nada.
Ya
sólo me queda la Iglesia y, de esta, aún hablaré menos por ser hijo
fiel de ella, pero los obispos y clérigos, que ondean las banderas
esteladas, algunas veces hasta en sus iglesias, podían mejor orar por la
unidad de la Patria que tanto expandió la religión católica por el
mundo y a la que España dio tantos mártires.
Piénsenlo
bien antes de seguir por el camino que han tomado y Dios y España les
premiará, y si no se lo demandará ¡Lo juro! Como juro igualmente
fidelidad a España, a su historia, a sus mártires, a sus héroes y, en la
actualidad, sobre todo a su unidad y su grandeza, en defensa de las
cuales daría gustoso mi vida y la vida de mis enemigos.
¡Viva España!”
Torre del Mar (Málaga) a 15 de septiembre de 2017