La rivalidad entre los partidarios del rey Carlos IV y su hijo Fernando VII, causadas por la conducta del valido del rey, el superministro Godoy, acabaron, eligiendo como árbitro de sus disputas a Napoleón Bonaparte. Este, los llamó a Bayona, a fin de terminar con el conflicto y los dos españoles renunciaron al trono en favor de Napoleón.
La entrevista tuvo lugar el 1 de mayo de 1808 y al día siguiente el pueblo se enfrentaba a las tropas francesas ocupantes de Madrid, desde el motín de Aranjuez, a causa de Godoy.
El pueblo había recibido con vítores al ejército francés a su llegada a Madrid, creyendo que apoyaban a Fernando VII en contra de Godoy pero pronto se dio cuenta del engaño de Napoleón y las tropas francesas fueron acosadas en muchos lugares de la capital, registrándose encarnizados combates en la Puerta del Sol y en el parque de artillería de Monteleón , destacando el heroísmo de los capitanes Daoíz y Velarde junto al teniente Ruiz.
La represión de las tropas francesas fue durísima con los fusilamientos de la Moncloa, y más lugares, magistralmente retratados por el pintor Goya.
El edicto del alcalde de Móstoles, Andrés Torrejón, y la sublevación contra el ejército francés corrió como un reguero de pólvora por toda España.
El 7 de junio de 1808 es nombrado rey de España, José Bonaparte hermano de Napoleón.
Así comienza, un 2 de mayo de 1808, la Guerra de la Independencia, pero…¡Ay! Mientras el pueblo se bate con heroísmo hasta lograr vencer y echar del suelo español a los invasores, unos políticos lo traicionan y plasman en una Constitución las ideas de los vencidos. Tremenda paradoja que nos acarreó muchos problemas al acabar con la tradición española.
Podríamos escribir y escribir sobre este tema pero valga este breve resumen para conmemorar esta fecha
El 2 de mayo debería ser fiesta, no sólo en Madrid, sino en toda España.