viernes, 23 de octubre de 2015

HALLOWEEN y EL DOGMA DE LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS



Hallowen era en un principio una fiesta de espiritualidad cristiana, cual fue celebrar la víspera de Todos los Santos. Nuestros mayores aún recuerdan cuando se celebraba, sobre todo en ambientes rurales, con velas encendidas en huecas calabazas puestas en las ventas, a los difuntos cuya santidad no había  sido proclamada.

Hoy por desgracia, y de la mano del protestantismo sajón (que nos la ha impuesto), se ha convertido en una fiesta pagana, llena de simbología espiritista, como el culto a los vampiros,  brujas y Dráculas, con calaveras y guadañas, y terminando a veces con un aquelarre macabro como es el que  los niños beban una bebida de color rojo, llamada granadina, que simboliza la sangre que chupan los vampiros. Es cierto y no me invento nada.

Todo ello envuelto en una fiesta de carácter infantil, aparentemente inocua,  pero sibilinamente paganizante.

Lo más grave de todo es que como se te ocurra  hablar del infierno y del diablo, que son dogmas de fe, en catequesis de primera comunión o de confirmación, algunas madres te montan un “pollo” de mucho cuidado: “¡Estás traumatizando a mi hijo”! “¡Estás metiendo miedo a mi hija”! Pero luego no les importa que sus hijos se disfracen con los atuendos más horripilantes y jueguen a beber sangre.



Esta costumbre,  desdichadamente,  también ha calado en muchos colegios religiosos.

Vamos a explicar por encima, el dogma de la COMUNIÓN DE LOS SANTOS.

Jesucristo fundó en la tierra una sociedad visible que se llama IGLESIA CATÓLICA y que todos los que de ella forman parte, están en
comunión entre sí.

La santidad de la Iglesia, se deriva del Espíritu, Santo que es el Autor de toda santidad.

Así,  los miembros de la Iglesia forman: La Iglesia Triunfante (los Santos del Cielo), la Iglesia Purgante (las benditas almas del
Purgatorio) y la Iglesia Militante (los que vivimos todavía en este mundo).

La COMUNIÓN DE LOS SANTOS es la interrelación que existe  entre  los miembros de la Iglesia Triunfante, Purgante y Militante. La Iglesia Triunfante intercede ante Dios por la Purgante y la Militante. La Militante da honor y gloria a los Santos y ofrece por la Iglesia Purgante, en sufragio, misas, limosnas, oraciones, indulgencias y buenas obras. Se trata de una solidaridad espiritual que une,  a los creyentes de este mundo, las almas del Purgatorio y los Santos del Cielo en la unidad orgánica del mismo Cuerpo Místico cuya cabeza es Cristo, y en intercambio constante de servicios sobrenaturales.

¡Qué maravilla la espiritualidad de la Iglesia de Cristo comparándola con el paganismo!

Pero la culpa no es sólo de los que se dejan llevar por estas prácticas que llamaríamos “parareligiosas” como Hallowen. También los
que nos consideramos católicos practicantes, en unión de nuestros pastores, deberíamos hacer un riguroso examen de conciencia y
culparnos de la parte proporcional de responsabilidad que nos toca en la secularización de la sociedad.

¡Profanamos lo Santo y sacralizamos lo profano!


         Ricardo Pascual