sábado, 30 de abril de 2016

1º de Mayo: San José Obrero, día del trabajo

   Después del  Pecado Original, en el  Libro del Génesis, hay una orden imperativa de Dios: “Comerás el pan con el sudor de tu frente”. Orden, que muchos, y decimos muchos, han entendido muy mal, confundiéndola:”Comerás el pan con el sudor del de enfrente”.

   Entre éstos últimos, no hay duda, se encuentran los dos sindicatos principales  de España que no hace falta decir sus nombres porque todo el mundo los conoce. Apenas tienen afiliados y sus dirigentes principales viven de la subvención por parte del Estado. No creo que sea exageración si decimos que son un amparo de indolentes, por no decir vagos, y de vividores, sin dar un palo al agua y desprestigiados por su conducta poco recomendable, incluida  la Federación de empresarios que también vive de la subvención estatal.

   Los sindicatos han tergiversado  el fin primario de defensa de los intereses laborales de sus afiliados y hoy están fuertemente politizados siendo correa de transmisión de los diferentes partidos políticos, con el único fin de obtener votos para éstos.

   Al principio, a falta de una normativa que regulara las relaciones trabajador-empresario, el sindicato actuaba al margen o en contra de las leyes establecidas. Su actuación se configuraba en el marco de la lucha de clases, hasta que los sindicatos cristianos aplicaron la doctrina social de la Iglesia, a partir de la Encíclica “Rerum Novarum” del Papa León XIII (1891). Siempre la Iglesia poniendo orden y justicia donde no hay y si no se puede aplicar la justicia se hace mediante la caridad.

   Mención especial, en España, merece el sindicato vertical llamado también Nacional Sindicalismo, engranado en el organigrama del Estado. Jamás  llegó el trabajador a mayor cota de derechos sociales y que desgraciadamente los ha ido perdiendo a causa de haber establecido un sistema antihumano, antisocial, antinacional, antirreligioso y anti todo.

   No hay duda que hay buenos empresarios y buenos trabajadores. Empresarios que saben que su principal activo es el trabajador, considerado como persona y no como número. Y trabajadores que saben que dependiendo de su trabajo la empresa puede seguir adelante y que es parte de su propia vida.
   En este sentido trabajamos en Alternativa Española (AES) con el fin puesto en engrandecer nuestra querida España.

   Podríamos seguir escribiendo sobre sindicalismo y la cuestión social pero con estas pinceladas creemos que es suficiente para conmemorar este 1º de mayo.