Manifiesto de la Coordinadora por la Vida ante el día de los Santos Inocentes 28-D 2013
Hoy
28 de diciembre es el día de los Santos Inocentes. Conmemoramos y
rendimos homenaje a los recién nacidos que Herodes ordenó asesinar. En
España todos los días son el día de los Santos Inocentes. Hoy morirán en
clínicas abortistas de todo el país 300 de nuestros hijos. Ayer
murieron 300 y mañana morirán 300 más. Así hasta completar la
escalofriante cifra de 120.000 infanticidios a final de año.
Cada
vez que se mata a un inocente se destrozan dos vidas: la del hijo y la
de la madre. El discurso oficial lo silencia pero una mujer que practica
un aborto no vuelve a ser ella misma nunca más. Arrastrará secuelas el
resto de su vida. También sufre toda la sociedad que permite, facilita y
justifica este genocidio silencioso. Estos días las calles se llenarán
de luces de colores, escaparates llenos de regalos y canciones festivas,
pero si cerramos los ojos y prestamos atención escucharemos el latido
envejecido de una comunidad herida, una comunidad que se embrutece con
cada uno de estos crímenes.
El
pensamiento único habla de “embarazos no deseados”, pero nosotros
sabemos que en realidad se trata de “bebés no deseados”. Hijos
incómodos. Hijos descartados. Bebés cuya única culpa ha sido tener
síndrome de Down o venir al mundo en un momento inoportuno: en un año de
crisis económica, en una fase decisiva para la carrera profesional de
los padres o en un momento en que la madre es demasiado joven. Teresa de
Calcuta decía que “el aborto mata la paz del mundo… Es el peor enemigo
de la paz, porque si una madre es capaz de destruir a su propio hijo,
¿qué me impide matarte? ¿qué te impide matarme? Ya no queda ningún
impedimento”.
Por
eso estamos nosotros aquí hoy, en la calle, en el frío. Para defender
la causa de los más débiles: los no nacidos. Los olvidados. Aquellos que
no dan votos ni buenas fotografías. En varias ciudades de España nos
hemos concentrado un grupo de hombres y mujeres que no tienen miedo en
levantar la voz para denunciar una legislación injusta con los más
vulnerables y para dar un testimonio de humanidad en medio de una
sociedad indiferente y anestesiada. Una voz firme y limpia frente a la
neolengua de la cultura de la muerte. Una voz para dejar claro frente a
quienes afirman que el aborto es un derecho de la mujer que nosotros
defenderemos hasta el último aliento que no hay más derecho que la Vida
desde su concepción hasta su fin natural, que cada vida es única e
irrepetible, y que nadie está legitimado para apagar ese latido. Nuestra
voz es una voz inconformista, rebelde y llena de sentido común.
Inconformista porque no nos resignamos ante una legislación injusta,
hecha a la medida del fuerte contra el débil. Rebelde porque nos alzamos
con valor frente a la mordaza de lo políticamente correcto y la condena
social de los medios oficiales. Y llena de sentido común porque en un
mundo deshumanizado es necesario que nosotros mantengamos la cordura.
Chesterton decía que “a cada época le salva un pequeño puñado de hombres
que tiene el coraje de ser inactuales”. Esos somos nosotros. Cada uno
de nosotros ha decidido dar un paso adelante y no caer en la apatía ni
la indiferencia. Somos las voces que tenemos que iluminar al resto y
devolverlos al sendero de la cordura.
En
algunos países la posición del candidato sobre el derecho a la vida
condiciona el resultado de las elecciones. Es normal porque este asunto
permite distinguir a aquellas personas que tienen una visión
utilitarista de la persona de aquellas otras para quienes la vida es un
valor absoluto. Es imposible que una sociedad o un partido que no
protege al más débil pueda tener leyes sociales, económicas o laborales
justas y respetuosas con los vulnerables. En España el debate sobre el
derecho a la vida está secuestrado por parte de la industria del voto
útil y los grandes medios de comunicación actúan como catequistas del
mal menor. Para que quede claro: para nosotros la defensa de la vida
humana es un principio irrenunciable y lo defenderemos por encima de
siglas, colores, coyunturas electorales, encuestas y sondeos
demoscópicos. La actual ley de plazos del aborto nos parece una ley
propia de un estado de barbarie. Pero la anterior ley de los tres
supuestos no nos parece mejor. Para nosotros no existe el “consenso del
85”. Para nosotros no hay ningún grado tolerable de infanticidios. Para
nosotros no existe la crueldad sostenible. Un aborto ya son demasiados.
Defendemos y defenderemos el aborto cero. Y queremos reabrir ese debate
aunque no sea políticamente oportuno para las élites con vocación de
ganar unas elecciones. En el año 2000 el gobierno de José María Aznar
tenía mayoría absoluta. No hizo nada para reformar la legislación para
proteger a los no nacidos. Todo lo contrario: aprobó la pastilla del día
después, que lejos de reducir el número de abortos, los aumentó. Los
100.000 bebés no deseados que fueron eliminados ese año tendrían hoy 13
años. Hacia ellos van nuestros pensamientos y oraciones. El gobierno de
Mariano Rajoy lleva ya más de dos años en el poder con mayoría absoluta.
De momento no ha tocado ni una coma de la Ley Aído y en su entorno todo
gira alrededor de cálculos oportunistas y electoralistas. A nosotros
nos parece tan condenable el aborto socialista como el aborto popular.
Nosotros
no vamos a dejar atrás a ningún niño. Aunque incomode a muchos, no
vamos a dejar de denunciar que el aborto es un caso claro de violencia
doméstica y que es la principal causa de exclusión social porque se
impide al bebé incluso llegar a formar parte de la sociedad. Vamos a
seguir luchando con la serenidad y la paz que concede el saber que se
está defendiendo una causa justa y que se pelea por los más débiles.
Actualmente existen signos de un renacimiento de la cordura en toda Europa y tenemos buenas razones para el optimismo:
•
La iniciativa ciudadana “One of us” ha recogido un millón ochocientas
mil firmas contra el aborto en toda Europa. La iniciativa tiene como
objetivo “evitar la destrucción de embriones en los programas de
investigación financiados por la UE y evitar que en la cooperación al
desarrollo europeo se produzcan apoyos al aborto”. Todos los países
europeos se han puesto a trabajar juntos en la misma dirección.
•
En Francia, que ha sido la cuna del relativismo, se ha materializado
este año un movimiento ciudadano y transversal llamado “Manifpourtous”
que ha supuesto la revitalización de la defensa de los valores
familiares. Este movimiento ha sido particularmente vigoroso entre la
juventud, que está cansada de los viejos clichés de la tiranía
antinatalista y busca unos ideales más altos.
•
Hungría ha mostrado el camino a seguir y ha aprobado una nueva
Constitución que defiende la vida humana desde el momento de su
concepción, obliga a “proteger la institución del matrimonio como una
comunidad basada en la decisión voluntaria de un hombre y una mujer” y
considera la familia como “la garantía de supervivencia de la nación”.
•
En España tres partidos que forman parte de la Coordinadora por la Vida
(Familia y Vida, la CTC y Alternativa Española) se han puesto de
acuerdo para concurrir juntos a las elecciones europeas de mayo de 2014 y
ofrecer una nueva voz a aquellos ciudadanos que defienden la vida y la
familia. Se trata de un acontecimiento histórico porque por primera vez
tres partidos verdaderamente provida han tenido la valentía de unir
fuerzas y esperamos que se sumen otros partidos. El desapego hacia el
bipartidismo y las ganas de cambio de la sociedad española hacen que sea
una ocasión inmejorable para que una candidatura provida pueda acceder
al Parlamento para defender nuestras posturas junto a otros socios
europeos.
De
nosotros depende que se mantenga viva la ilusión y que estos brotes que
están apareciendo por Europa acaben de florecer y fructificar. No
daremos ni un paso atrás. Porque no puede haber regeneración política y
económica en una sociedad mientras no se regeneren los fundamentos sobre
los que se levanta esa sociedad. Y no hay mejor fundamento que la
defensa de la vida.
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