La manipulación espiritual de la humanidad, ha sustituído a la Divina Trinidad, por otra “trinidad” que podríamos llamar: Democracia, como “gran dios”, Dinero, como “redentor” de este mundo, y Sexo, como “satisfacción espiritual.”
Esta “trinidad” ordena el mundo actual. Es el triángulo—norte, de los humanos, envilecidos por esa presión tremenda, continuada, corruptora para beneficio de alguien, que con esa “trinidad” férrea, domina el mundo.
Ordenada así la sociedad, no es extraño que haya generaciones y generaciones asilvestradas ya, en esa “trinidad.”
Ni una duda sobre la “santa” Democracia porque ello es blasfemo, aunque conlleve la aniquilación sutil pero segura. El Dinero, único baremo de virtud, que premia al que sabe moverse en el mundo, al que trepa, sin mirar a los lados sin escrúpulos ni miramientos. Y el Sexo como satisfacción, como descanso del guerrero, como pasatiempo favorito, como parte intrascendente del ocio, que también rinde en la caja común de los recolectores.
