domingo, 7 de octubre de 2018

7 OCTUBRE DE 1571,DOMINGO: TRIUNFO DE LA CRISTIANDAD EN LA BATALLA DE LEPANTO

                 “La mayor hazaña que jamás contemplaron los siglos”
(Miguel de Cervantes)

   En muchos pueblos de España se celebra la fiesta del Triunfo. Hemos preguntado a mucha  gente lo que significa esta fecha y por desgracia, nadie, y decimos, nadie ha sabido contestar.
   Y es que se llevan muchos años educando en el desamor a España y silenciando sus gestas más gloriosas.


   Hasta esta fecha, los turcos asolaban las costas mediterráneas y centro Europa a través del Danubio causando estragos entre la cristiandad. Hacían prisioneros a jóvenes para remeros en sus galeras y a las muchachas para sus harenes.

   Llega al pontificado el Papa Pío V, hombre santo, austero y al que le duele profundamente esta situación. Promueve una Santa Alianza, a la que concurren la España de Felipe II ¡Cómo no!, Venecia y la propia Santa Sede. El Santo Padre, impone su criterio para que la flota cristiana sea capitaneada por el hermano de Felipe II, D.Juan de Austria,a pesar de sus 24 años.

   Había otra cosa que superar y eran las desavenencias humanas, especialmente entre venecianos y españoles. No se iba al combate por razones políticas sino con espíritu de Cruzada, a combatir hasta la muerte por la causa de Dios y esto es lo que el Papa quiso inculcar a la flota. Pío V les garantizaba la victoria pero a condición de que la merecieran invocando la misericordia de Dios y haciendo vida de verdaderos cristianos. Muchos de aquellos que iban en la flota eran aventureros, dados al vino, a la blasfemia y al motín, estaban lejos de ser santos.

   Había que meterlos en cintura, y para ello el Papa envió a la flota 250 religiosos que se repartieron entre los distintos barcos. D,Juan de Austria prohibió tajantemente el juego y la blasfemia y da las más severas órdenes para que las dotaciones escuchen atentamente las pláticas de los religiosos. La férrea autoridad del mando impone respeto y la atención al sacerdote y a éste correspondió convencer y convertir a aquellos bravos energúmenos en valerosos y disciplinados cruzados.

   El Papa, por revelación divina, tuvo conocimiento de la victoria total. Esto sucedió un domingo 7 de octubre de 1571. De ahí lo que llamamos “EL DOMINGO DEL TRIUNFO”.

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