lunes, 10 de julio de 2017

Nos han engañado; queremos bajar del tren

Por su interés de discernimiento reproducimos aquí el artículo de forumlibertas:

   Nos contaron durante el franquismo que el fútbol era un instrumento de alienación para mantener distraídas a las masas y evitar su conciencia política. Pero la dimensión del espectáculo futbolístico de hoy convierte al fútbol de aquella época en un tema de aficionados minoritarios: los que acudían al campo y poco más. Hoy los futbolistas son seres mediáticos, y el fútbol es un espectáculo televisivo que mueve a centenares de millones de personas. ¿Ahora ya no aliena? 

   Nos dijeron que, con la liberación de la mujer, ésta dejaría de ser un objeto sexual para valorarse únicamente por su condición humana. Pero la realidad es que hoy la utilización sexual de la mujer ha alcanzado dimensiones insólitas, desde la prostitución a gran escala hasta las maniquíes transformadas en modelos que, más que exhibir productos textiles, manifiestan atributos sexuales. Desde la más tierna adolescencia, la chica es empujada al uso y consumo sexual. ¿Qué ha pasado con aquel dogma? 

   Nos dijeron que la libertad sexual terminaría con la pornografía y la prostitución. La realidad es que la pornografía es uno de los grandes negocios del mundo de hoy y el primero a distancia en Internet, mientras que las grandes empresas de proxenetismo ya han empezado a cotizar en bolsa, como sucede en Australia. 

   Nos dijeron, con Betty Friedan a la cabeza, que la mujer emancipada del matrimonio, esto es, de vínculos fuertes, sería más feliz y tendría una vida de mayor respeto y seguridad. La triste realidad es que hoy mueren más mujeres que nunca a manos de sus parejas. 

   Nos dijeron que el divorcio eliminaría la infelicidad y facilitaría unas relaciones de pareja mucho más positivas. Pero los jueces y abogados nos cuentan que nunca como ahora los juzgados han estado tan llenos de luchas, porfías y trampas entre personas que, en algún momento, se juraron amor no eterno. 
La lista de lo que nos dijeron podría continuar hasta el hartazgo. Dejémoslo en que constatamos que se equivocaron entonces y que ahora simplemente nos mienten y manipulan al presentar lo que son errores escandalosos como normas de obligado cumplimiento. Es la lógica de la sociedad de la desvinculación. ¿Hasta cuando la acataremos?