miércoles, 30 de noviembre de 2016

ISLAM: INMIGRACIÓN, INTEGRACIÓN Y CONVIVENCIA


   Bajo este título, el día 26 de noviembre en el Hotel Carlton Rioja (Logroño) impartió una conferencia Raad  Salam Naamam, cristiano-católico caldeo, de origen iraquí, doctor en estudios árabes islámicos y ciencias religiosas.
   Brillante, con dominio de la escena, dados sus profundos conocimientos sobre esta materia; no en vano sabe ocho idiomas, habla el árabe y todos los dialectos de la zona. Conoce de memoria la Sagrada Escritura y todas la suras y versículos del Corán.
Como el día 26 se conmemoraba el fallecimiento de Isabel la Católica en el año 1504 en Medina del Campo, pusimos la disertación bajo el manto de la santa Reina, vencedora del Islam.
Denunció a los gobernantes europeos, incluso a ciertas jerarquías eclesiásticas por ese “buenismo”, “aquí no pasa nada”, “no tiene importancia”, “son cuatro gatos”, “el Islam es una religión de paz”…
   El día 14 se celebró en la iglesia de San Bartolomé un acto oración-meditación-conferencia por parte de un sacerdote copto egipcio, muy emotivo y que hay que repetir, para implorar por los cristianos perseguidos y contándonos casos sangrantes estremecedores. Pero fue un acto “buenista”, lleno de miedos y parecía que el cristianismo era la religión de la impunidad. Se hablaba sólo de las consecuencias.
   Hay que decir que Raad estuvo condenado a muerte. Tuvo hasta 17 veces la cimitarra puesta sobre su cuello y las balas silbaron en sus orejas,  incrustándosele una, en uno de los  glúteos. (En el trasero, para entendernos). Y dice: “No tengo miedo. Si Dios me ha librado tantas veces de la muerte, moriré cuando Él quiera”.
   Raad, no quiere hablar de todos esos crímenes horrendos porque dice,  que nada más que para contar los casos de su familia, tendría para hablar dos días y que eso no conduce a solucionar los problemas. Él, va al fondo, a la raíz, a la génesis, al origen, a las causas; y esas causas están escritas en el Corán.
   No busca en sus discursos el sentimentalismo, pero su palabra conmueve y convence.
Nos hizo leer los versículos coránicos que nos señalaba, y realmente son estremecedores. Si desde niños se les enseña esa doctrina, no puede extrañar que se comporten de esa manera tan brutal.
   Se extendió un poco por la vida de Mahoma, vida poco ejemplar. Y lanzó dos preguntas al auditorio: “¿Cuántas veces hablan los Evangelios del amor?” - “Muchisimas”.  “¿Cuántas veces habla el Corán del amor?” - “Ninguna”.


   De ahora en adelante que nadie nos venga con consignas “buenistas” ni con lamentos. Fueron muchos los invitados y los que prometieron su asistencia, incluso sacerdotes, y no lo hicieron. Es que hacía mucho frío. Ellos se lo perdieron.
   Les diremos lo de la reina mora a Boabdil al marcharse de Granada: “Llora, llora como mujer, lo que no has sabido defender como hombre”. Y ahora diríamos: “Llora, llora como mujer lo que no has sabido defender como cristiano”.

Gracias, Raad.