jueves, 28 de enero de 2016

HAGAMOS ELOGIO DE LOS HOMBRES DE BIEN


¿Sería atrevido decir que en la 2ª mitad del siglo XX, fue Blas Piñar, el apóstol de España?. Sinceramente, creo que no.
Blas Piñar no fue el politiquero, de turno, acostumbrado al chanchullo, a la componenda y a todas las corruptelas posibles.
En Blas Piñar se daban tres notas predominantes: el concepto exacto del maestro, la valentía de un capitán y una entera voluntad conformada con la voluntad de Dios.
Sus discursos no eran al uso corriente. Eran discursos políticos pero trascendidos por una teología de gran altura. Y se encargaron sus enemigos de silenciarlos o tergiversarlos, tratándolo, como si fuese un peligroso terrorista, siendo ésta, la calumnia más brutal que los hombres de este sistema ,lanzaron sobre él.(Como nota curiosa, él mismo, tiene recogidos en un libro más de dos mil insultos dirigidos a su persona).
Blas Piñar amaba a España y nadie podrá negarlo, pero este amor, estaba trascendido de espiritualidad. Tenía una visión providencialista de la vida y de la historia.
Asistiendo a un de de sus actos, junto a mí, se encontraba un periodista que me dijo estas palabras:"Este discurso había que grabarlo en piedra para la posteridad".
Hemos dicho que tenía enemigos, que no eran tanto de él, como de España, pero también muchos amigos, entre los cuales tengo el honor de contarme.
Blas Piñar, es y seguirá siendo referencia para muchos y cuando pase este carnaval--mentira--sainete--tragedia, nadie se acodará de estos politiqueros y surgirá, erguida, su figura de prohombre de bien, como así lo fue.
En este 2º aniversario, creo sinceramente que en vez de rezar deberíamos encomendarnos a él, pues tengo el convencimiento de que ya está gozando de Dios en el Cielo con todos los Bienaventurados.
Levantemos la voz con él: ¡VIVA CRISTO REY! ¡ARRIBA ESPAÑA! ¡ADELANTE ESPAÑA!

Ricardo Pascual