Desde AES La Rioja, estamos convencidos de que la democracia por sí sola no sirve de nada para construir una sociedad más justa, a menos que se proporcionen los mecanismos necesarios para que una sociedad pueda madurar, esté adecuadamente informada, y la verdad se ponga encima de la mesa.
De otro modo, la democracia sólo permite elegir entre uno y otro engaño, que no dejan de ser sino los auténticos opios del pueblo. Éstos hacen que el país y la sociedad en su conjunto vayan a peor, que es lo que lamentablemente estamos viendo de contínuo. Y con esa falta de alternativas, la sociedad no puede madurar - pues de hecho se la induce cada vez a una mayor corrupción de costumbres y a un nefasto materialismo - ni puede estar bien informada, ni puede interesar que la verdad se ponga encima de la mesa. Antes bien, interesa una socidedad cada vez más atomizada y manipulable; moldear a los indivíduos como seres cada vez más esclavos del materialismo, despojados de espíritu e incluso entregados a todo tipo de superficialidades, bajas pasiones e intereses egoístas.
Una democracia así, va siendo deformada poco a poco en algo no muy diferente de lo que puede pensarse por una "democracia" entre borrachos: "Podemos elegir: ¿Vino o whisky?" se dirían entre sí.
A todo esto hay que añadir que una verdadera democracia tampoco es un cheque en blanco para que políticos y autoridades puedan decidir cualquier cosa, a menos que se trate de una democracia suicida que se atreva a poner en discusión sus propios pilares y fundamentos. En este sentido, es bueno recordar los Principios No Negociables que indicaba Benedicto XVI en su exhortación apostólica post-sinodal Sacramentus Caritatis.
A todo esto hay que añadir que una verdadera democracia tampoco es un cheque en blanco para que políticos y autoridades puedan decidir cualquier cosa, a menos que se trate de una democracia suicida que se atreva a poner en discusión sus propios pilares y fundamentos. En este sentido, es bueno recordar los Principios No Negociables que indicaba Benedicto XVI en su exhortación apostólica post-sinodal Sacramentus Caritatis.
Llegados a este punto cabe preguntarse si existe algún referente que permita conocer si hubo en el pasado algún ejemplo, digno de tener en cuenta, de que es posible una España unida y una sociedad en paz y en orden, sin la precariedad ni las espantosas lacras e injusticias que desgraciadamente azotan cada vez a nuestro país y a nuestra gente.
Creemos que la siguiente tabla comparativa y el siguiente vídeo pueden ayudar a responder dicha pregunta y a desenmascarar la traición y la mentira sistemáticos con que algunos, con extraordinaria astucia, complicidad y manejo de enormes capitales y tráfico de intereses en las altas esferas y en los medios, han estado envenenando las mentes y los corazones de muchas personas.
Pero como dice el Evangelio en Lucas 8, 16-17: «Nadie enciende una lámpara y la cubre con una vasija, o la pone debajo de un lecho, sino que la pone sobre un candelero, para que los que entren vean la luz. Pues nada hay oculto que no quede manifiesto, y nada secreto que no venga a ser conocido y descubierto.». Por eso creemos que es nuestro deber y obligación, más que nunca, poner la luz en el candelero que permita conocer las verdades que el enmafiamiento partitocrático se esfuerza por ocultar bajo la alfombra: