viernes, 4 de septiembre de 2015

LIBERTAD DE EDUCACIÓN

LIBERTAD DE EDUCACIÓN

    El derecho a educar no procede del Estado. Éste, puede completar, ayudar, impulsar la enseñanza, en todos sus grados. Pero debe reconocerse, que es a los padres a quien corresponde el único derecho a educar a sus hijos. Este derecho procede del propio seno y ser de la familia que es anterior al Estado.

    Únicamente, los que tienen vocación de tiranos, pueden negar esta verdad de sentido común.

    El marxismo siempre es dictatorial. En Lenin, la violencia y el terrorismo eran sus armas preferidas para apoderarse del Estado.

    Hoy en día,  a través del teórico marxista Gramsci, el esfuerzo marxista se centra,  en alcanzar el monopolio de la cultura, anulando la enseñanza privada y operar en el control absoluto del Estado.

    Esto lo presentan con un lenguaje mentiroso y atractivo. Hablan de la escuela como servicio público, de la democratización de la enseñanza, de los negocios de la enseñanza privada, de la gestión democrática y de la planificación de las estructuras escolares. Pero con toda esta “retórica” ocultan el verdadero objetivo: drogar las inteligencias con el ateísmo, con la sociedad de consumo materialista, y con una burocracia pedagógica al servicio de la dictadura comunista.

    La postura liberal es la más maliciosa; hablando de libertad, finge que puede darse una enseñanza, reducida a mera instrucción, sin referirse a los grandes problemas que plantea la vida humana, la moral personal y pública, el destino final del hombre, bajo el pretexto de neutralidad. Afianza la secularización de la enseñanza, a fin de evitar coacciones y el resultado ha sido, crear legiones de hombres escépticos, amargados y  fanáticos de la enseñanza única, laica y estatalizada.

    De ahí, su negación a que se enseñe la asignatura de religión en la escuela, dicen, para no violentar y coaccionar las conciencias.

    ¿Es coacción que los conductores aprendan el Código de la circulación? No, porque después pueden faltar al mismo. Esto se eleva a una categoría suprema si lo aplicamos a la  enseñanza religiosa. La religión no es una ideología ni una teoría particular. Se trata de dar a conocer la raíz del hombre en su relación con Dios. En esto no hay coacción porque la libertad queda inmune con el triste privilegio de quebrantar la Ley Divina. Por tanto, no hay coacción en la enseñanza religiosa, no hay privación de libertad, no hay ninguna argolla para la voluntad.

    A los que se les llena la boca con la palabra libertad, les pedimos eso; libertad. Pero no queremos libertades con cadenas sino libertades auténticas que son las que nos interesan.

bibliografía del P. Ricar Torrens (Catecismo Social)