miércoles, 19 de agosto de 2015

SAN EZEQUIEL MORENO - EL LIBERALISMO ES PECADO

Ya quedan pocas horas para que finalice este 19 de agosto, día de San Ezequiel Moreno. Y no quiero dejar que pase sin antes publicar este extracto de su testamento.

San Ezequiel Moreno
19 de agosto, San Ezequiel Moreno

…En el papel que queda adjunto con éste, dejo unos apuntes que se pueden añadir a mis instrucciones sobre la conducta que hay que observar con los liberales.

Confieso una vez más, que el Liberalismo es pecado, enemigo fatal de la Iglesia y reinado de Jesucristo, y ruina de los pueblos y naciones; y queriendo enseñar esto, aún después de muerto, deseo que en el salón donde se exponga mi cadáver, y aún en el templo durante las exequias, se ponga a la vista de todos, un cartel grande que diga: EL Liberalismo es pecado.


Deseo y pido que me entierren con mi santo hábito religioso  como hijo de  mi Gran Padre S. Agustín, y que me sepulten en tierra, en la capilla del Santísimo de la  Catedral . En lo demás, cúmplase lo que manda la Iglesia en el Pontifical sobre entierro de Obispos. En nada me puedo oponer a esa solemnidad, puesto que es ordenada por la Iglesia.

Pido perdón de mis faltas en el desempeño de mi cargo pastoral; primero,  a Dios Nuestro Señor; segundo, a mi amado Clero; tercero, a todos los fieles del Obispado, y a cuantos haya ofendido en el curso de mi vida,  o en algo les haya perjudicado de alguna manera, ya sea por omisión, ya  por comisión. A todos suplico rueguen a Dios por mi pobre alma.

Concluyo diciendo que bajo al sepulcro con la gran pena de ver que se trata de descatolizar a Pasto, y de que bastantes de los que se llaman católicos,  tienen  ya , mucho de liberales, siendo éstos los que más contribuyen a que el error progrese, y llegando a tal ceguedad que no ven la luz de la verdad católica,  que condena ese modo de obrar. Pobres ciegos, conducen a otros  ciegos, y  todos van cayendo en los hondos abismos del error.

“La Concordia”, tal como se ha entendido y practicado hasta ahora, ha sido una espantosa calamidad para la fe de estos pueblos. Comprendí los daños que vendrían con “La Concordia” desde un principio, y por eso protesté contra ella en el día mismo en que los liberales la proclamaron aquí, en una hoja suelta que dieron meses antes de posesionarse del gobierno actual. No es posible que lobos y ovejas anden revueltos, sin que las ovejas reciban algún daño, sin un milagro de primer orden. Y creo que uno de los venenos más activos y eficaces con que cuenta el infierno, es la mezcla de la verdad y el error, de lo bueno y de lo malo. Y este veneno es el que están tomando muchos, y dándole a tomar a otros, los que lo toman, van muriendo a la verdad  y a la virtud, con daño indecible para el catolicismo.

Yo he gritado contra ese mal, y aún he sufrido por gritar. No me arrepiento de haber gritado. Si en este punto tengo que arrepentirme será  el no haber gritado más.

La fe se va perdiendo; el liberalismo ha ganado lo indecible, y ésta espantosa realidad, proclama, con tristísima evidencia, el más completo fracaso de la pretendida concordia entre los que aman el altar y los que abominan el altar, entre católicos y liberales.

No cabe tal concordia sin perjuicio del catolicismo. Llegará pronto el tiempo en que desaparecerá esta alianza aparente, y para vergüenza y castigo de los católicos que se han dejado engañar, no serán ellos,  los que lancen de sí a los liberales, sino que serán  los liberales los que  lancen a ellos.

Firmo todo lo que precede, en Pasto, a seis de Octubre de mil novecientos cinco.

                                   Fr. Ezequiel, obispo de Pasto.