viernes, 24 de julio de 2015

¿QUÉ ES EL HOMBRE?

Según el filósofo Aristóteles el hombre es un ser racional. Esta definición, iluminada por el cristianismo, nos lleva a conocer que el hombre, animal racional, ha sido redimido por Cristo, llamado a la unión divina por la gracia santificante y destinado a gozar de Dios eternamente.


Esta definición ya no se acepta en Occidente, incluída España, sacudida por diversas crisis, económicas, sociales, políticas, filosóficas etc. y por la, que le puede resultar fatal, la crisis del hombre. Del hombre cristiano sobre todo.
El cristianismo se ha descristianizado bajo la influencia de unas ideas nocivas, y su personalidad se ha alterado, influenciado por una gigantesca ofensiva de desintegración de la persona humana, con ayuda de un intenso bombardeo ideológico, en lo artístico, literario, filosófico, científico, económico y sobre todo en el religioso.

Nos hallamos ante una ofensiva, dirigida con la finalidad de que el hombre olvide su origen Divino y se asemeje cada vez más a los animales.
Se trata de que olvide que ha sido dotado, en el momento de la creación, con una partícula de Divinidad, dándole una posición distinta en el universo. El hombre ciertamente es materia pero una materia “sui generis ”,provista de un rasgo Divino.
Como decía José Antonio, “con un alma inmortal capaz de salvarse o condenarse por toda la eternidad”.
No nos cansaremos de repetir, a los que nos acusan de no ser modernos, que aunque lográsemos ese Occidente, incluída España, rico y próspero con todos los adelantos de la ciencia, si al final se condena nuestra alma, habremos hecho el peor negocio de nuestra vida.
No conocemos ninguna sociedad que prospere si se empeña en vivir de espaldas a la Ley de Dios.
Nosotros hemos aprendido aquello de uno de los Salmos: “Si el Señor no construye la casa en vano se afanan los que la edifican” y sabemos que si Dios no reina por las inseparables bendiciones de su presencia reinará por las inseparables calamidades de su ausencia.
Cornelio Codreanu, capitán de la Legión Rumana, con un temple especial proclamaba.”Decid por doquier que el mal, la miseria, procede del alma. Del alma de los individuos y del alma de las colectividades”.
Este es nuestro pensamiento del hombre.