viernes, 28 de junio de 2013

Artículo de ANOTACIONES DE PENSAMIENTO Y CRÍTICA

Artículo de Manuel Morillo sobre la concentración Pro-Vida del día 27 de junio.
Un cartel comparando el Holocausto Nazi con el del aborto

Acierto de la Coordinadora Riojana por la Vida: La gente toma conciencia conociendo la realidad del aborto, no con globos y coreografías cursis


En una sociedad mucho más emocional que racional difundir las imágenes de lo que es un aborto es el "argumento" más útil.
Desde luego mucho más eficaz que repartir globos y  cantar eslóganes del tipo "¡viva la vida, alegre y divertida!" (¿Alguien imagina un acto del Simon Wiesenthal Center en que sus miembros repartan globos y frivolizando la manifestación?)
Lo acertado de los métodos de "visibilizar" el crimen, frente a argumentos sensibleros, no es discutible.
Solo hay que constatar los resultados en la opinión pública de experiencias extrapolables: ¿Alguien se atreve a defender en público los campos de exterminio? Sin embargo una mayoría social si defiende, por activa o pasiva el aborto, Y por supuesto los políticos que lo defienden no son demonizados.



Varios miembros de la Coordinadora en Defensa de la Vida



 
Cuando todos los partidos del Sistema, PP, PSOE, UPy D, Ciudadanos, ..., han asumido el aborto, bien por supuestos, bien por plazos, mostrar las imágenes de abortos es la forma más eficaz de combatir la aceptación social del mismo.
La Administración, férreamente controlada en este aspecto por todos los gobiernos que han ocupado el poder desde que aprobó la ley del aborto, ha censurado, de forma sistemática, cualquier imagen que refleje la realidad de lo que es un aborto.
Por supuesto en los centros abortistas, para que la mujer que acude a ellos no tenga conciencia de lo que va a hacer.
Pero especialmente en los centros educativos, donde incluso se ha sancionado con dureza a los pocos profesores que se han atrevido a dar a conocer a sus alumnos las imágenes de lo que se quiere aseptizar con la denominación de "interrupciones voluntarias del embarazo".
A esa estrategia de ocultamiento de lo que supone este tipo asesinato por parte de los partidarios del aborto, se han unido, como "compañeros de viaje" no pocos partidarios de la vida, con la explicación de que las imágenes del aborto podrían herir la sensibilidad de la población y hacer "antipáticos" a quienes las muestran.
Ante esta última posición de diversas asociaciones antiabortistas, cuyos argumentos siempre hay que valorarlos con predisposición positiva por su compromiso en el combate por la vida se puede cuestionar si es bueno o malo ocultar las imágenes del aborto, pues es cierto que esas terribles imágenes suponen para cualquier persona de bien una agresión visual.
Para analizar el asunto se pueden plantear algunas consideraciones y fijarse en como se tratan casos similares de asesinatos multitudinarios de inocentes:
La realidad es que el aborto pretende situarse como un asunto jurídico, en el debate de la libertad de decisión de la mujer y se evita que se vea que el resultado es la muerte de un ser humano. Se busca establecer un conflicto de intereses (salud, economía, estabilidad emocional, etc...) frente al embarazo, evitándose mostrar que el embarazo es un ser humano, aunque todavía no nacido. Y por eso se procura impedir las imágenes antropomórficas de los niños abortados, y las heridas sufridas, con resultado de muerte, como consecuencia de los métodos abortivos.
Por otra parte, dentro de las grandes matanzas de inocentes de este siglo, nos fijamos en aquella, que sin llegar ni a una mínima parte de víctimas que ha producido el aborto, es paradigmática: el genocidio de judíos durante la segunda guerra mundial.
Desde que terminó la guerra, con constancia y periodicidad, sin necesidad de aniversarios ni conmemoraciones, se muestran constantemente, por todos lo medios, imágenes donde se ven las terribles situaciones a los que se sometió a los judíos.
Se muestran en la tv a cualquier hora, se enseñan a los escolares, incluso los más pequeños, etc.
Esas imágenes, donde se ven los cadáveres de los asesinados empujados por buldozers, amontonados o descuartizados, o donde se ven los supervivientes en pésimas condiciones físicas, podrían considerarse que vulneran la dignidad de las víctimas y agreden la sensibilidad de los espectadores.
Sin embargo, como decíamos, continúan mostrándose periódicamente.
Si quienes deciden la emisión de esas imágenes, si quienes producen los productos audiovisuales que tratan el tema, etc.. son los mayores expertos en cuestiones de comunicación, y si esa política de visibilidad del genocidio y sus consecuencias se viene llevando desde hace décadas, parece deducirse que será porque son efectivas.
Si a eso añadimos que sistemáticamente se censuran las imágenes de aborto en los media del sistema, habremos de concluir que mostrar la realidad del aborto, en una sociedad cada vez más dependiente de lo audiovisual, cada vez menos racional y más emocional, es efectivo para concienciar sobre el principal problema de España:

  •  El asesinato anual de 120.000 españoles por aborto quirúrgico, y varios centenares de miles más por aborto químico, con la complicidad del Estado y de quienes dirigen y apoyan a los partidos parlamentarios.
Esa es la razón que  hace necesario que, como en La Rioja se muestren imágenes, que pueden ser desagradables pero que se producen mas de 300 veces al día en nuestra nación.